¿Crees que podrías vivir sin generar desperdicios?
Por sorprendente que pueda resultar en una sociedad diseñada para el consumo compulsivo, hay gente que no sale nunca a tirar la basura, básicamente porque no la genera.
En este post explicaremos, con datos contrastados, qué es el movimiento de residuo cero, por qué existe y cuáles son los beneficios para el planeta.
Qué es el movimiento zero waste
El movimiento zero waste o de residuo cero es un estilo de vida emergente, en el que las personas involucradas tienen como objetivo fundamental eliminar por completo la producción de residuos y reducir al mínimo su impacto ambiental.
Cuál es el propósito del movimiento zero waste
Mucha de la basura que tiramos a diario terminan en vertederos. Los vertederos son normalmente agujeros gigantescos donde los desechos son enterrados, y son híper contaminantes.
Otra buena parte de los residuos humanos terminan en el mar, lo cual está generando una crisis ambiental de proporciones bíblicas.
Lo cierto es que somos muy, muy malos gestionando residuos. Pero por mucho que nos concentráramos en hacerlo mejor, muchos de los productos que utilizamos en nuestro día a día son muy difíciles de reciclar.
Además, reciclar suele ser un proceso costoso, requiere energía y genera contaminación.
Por estos motivos, el movimiento de residuo cero aboga por el no uso de las cosas. La idea es utilizar únicamente lo imprescindible para vivir, de forma que se genere la menor cantidad de residuos posible.
Datos que deberían animarnos a llevar una vida de residuo cero
Vivimos en un planeta en plena crisis ecológica. Si nada lo remedia, vamos a ser testigos de algunos de los cambios más profundos, drásticos y catastróficos que la humanidad haya vivido.
La evidencia científica es abrumadora, como podemos ver en algunos de los datos más significativos:
- Cada día 8 millones de trozos de plástico terminan en el mar.
- El 79% del plástico no se recicla.
- Los plásticos constituyen entre el 60% y el 90% de los desechos marinos.
- La vida útil media de una bolsa de plástico es 15 minutos.
- El plástico ha afectado al 40% de las aves marinas.
Y estos son solamente algunos datos relacionados con el uso de plásticos. A esto hay que sumarle la contaminación atmosférica de la producción y consumo masivos de todo tipo de bienes de consumo y la crisis ambiental que está generando la ganadería industrial a todos los niveles.
Las 5 Rs del movimiento zero waste
Como hemos visto, el objetivo de los zero wasters es no contribuir a aumentar el basurero gigantesco en el que estamos convirtiendo nuestro planeta. La filosofía y la acción de este movimiento puede resumirse en estas 5 Rs:
1.Rechazar (refuse)
Cuando se habla de rechazo en el movimiento de residuo cero, nos referimos a decir “no” a determinados tipos de consumo. A oponernos frontalmente a aquellos objetos, productos o actos de consumo en general que son paradigmáticos de la filosofía consumista “comprar-tirar-comprar”.
En esta categoría de Rechazar, entrarían objetos como los plásticos de un solo uso: pajitas de plástico para beber, bolsas de plástico de los supermercados.
También es importante saber rechazar otros productos como los folletos promocionales o cualquier otra cosa que resulte innecesaria. Es tan sencillo como sustituirlos por productos reutilizables (bolsas de tela, pajitas de metal, etc), o simplemente, no consumirlos.
2.Reducir (reduce)
Se trata de reducir el consumo de determinado tipo de productos. Al igual que rechazamos algunos, es importante reducir el uso de otros.
A veces no tendremos más remedio, por diferentes motivos, que comprar o utilizar algunos productos que son necesarios para nuestra vida: se trata únicamente de atenernos a lo que realmente es necesario, sin entrar en la rueda del “consumo porque sí”.
En este caso es importante atender a la calidad de los productos que adquirimos: cuanto más duren y menos sujetos estén a la obsolescencia programada, más adecuados serán para un zero waster.
También cuenta la forma en que utilicemos los productos: atender a cuestiones como las instrucciones de uso, las etiquetas, etc, para lograr una mayor durabilidad de los bienes.
Existen multitud de productos de consumo que se pueden utilizar de una forma diferente a la que nos suelen contar marcas y empresas: a día de hoy existen alternativas para rellenar envases de productos de limpieza y de belleza, en lugar de tener que comprar una y otra vez productos envasados.
3.Reutilizar (reuse)
Como sociedad, nos hemos acostumbrado a tirar las cosas que no funcionan, sin pensar más allá. Salvo que sean productos caros (y no siempre), no solemos contemplar la opción de repararlos.
Pero lo cierto es que existen muchísimos productos, como la ropa, los muebles o los gadgets tecnológicos, que no son ni difíciles ni caros de reparar.
Muchos zero wasters terminan convirtiéndose en manitas a base de tutoriales en youtube, y consiguen arreglar productos por sí mismos, con el consiguiente ahorro para las finanzas personales y para la maltrecha salud del planeta.
Pero si no tienes tiempo o simplemente no te ves, siempre puedes buscar opciones de reparación en tu zona.
Reutilizar también puede implicar vender o donar artículos que ya has utilizado, para que acaben en manos de otros en lugar de en vertederos o en el océano. Aplicaciones móviles como Wallapop son un gran aliado para este fin.
4.Reciclar (recycle)
La más conocida y también la menos útil de las 5 Rs. No es que no sirva para nada, pero está muy lejos de ser perfecto. Cualquiera de las otras R será siempre mucho más efectiva y tendrá efectos más positivos sobre la ecología del planeta.
Se puede decir que el reciclaje es el fracaso de todo lo anterior: es lo que debemos hacer cuando no hemos podido rechazar, reducir o reutilizar.
Sin duda, reciclar es mejor que nada, pero la filosofía zero waste trata de no tener que llegar hasta este punto.
5.Reintegrar (rot)
Si sustituyes reintegrar por compostar, quizá te resulte un poco más familiar. El compostaje implica convertir los residuos orgánicos en compost, que suele ser muy útil como abono para huertos.
Vaya por delante que esto no es para todo el mundo: vivir en un piso y tener una compostera suele ser bastante incompatible, aunque dependiendo de la zona y del país, existen servicios de recogida de compostaje, así como puntos de entrega.
Beneficios de llevar una vida zero waste
Además de los evidentes beneficios para la salud del planeta, adoptar una vida zero waste conlleva una serie de beneficios personales muy relevantes:
Fin a las compras sin sentido
Las compras se vuelven menos frecuentes y menos automáticas. No se trata de no comprar nada, sino de hacerlo de forma más consciente y analítica, con más espíritu crítico. Y de descubrir que existen alternativas mucho más interesantes.
Lo duradero mola más
Cuando empiezas a pensar en zero waste, te centras más en comprar cosas que van a durar. Lógicamente, esto supone un ahorro a largo plazo y nos evita hacer gastos inútiles.
Adiós al desperdicio de alimentos
Otro de los principios del residuo cero es minimizar el desperdicio de alimentos en casa. Así, poco a poco te vas acostumbrando a cocinar sólo la cantidad necesaria, y a almacenar lo que sobra de la forma más eficiente posible. También se aprende a planificar mucho mejor las compras de comida.
Genera economía local
Hablar de residuo cero es hablar de economía local y de economía circular. Los principios de reutilización, reciclaje y reintegración hacen que la comunidad y la vecindad refuercen lazos de creación y cooperación.
Es capaz de crear trabajo
De acuerdo con un estudio de la United States Environmental Protection Agency, la filosofía zero waste crea 10 veces más empleo que la economía de la gestión actual de basuras.
Las multinacionales y su enfoque de residuo cero
Como suele suceder con todos los movimientos emergentes, las grandes empresas intentan aprovechar el tirón y subirse al carro.
Últimamente se puede leer y escuchar que algunas de ellas se atribuyen el término “zero waste” por hacer cosas como incinerar residuos en lugar de tirarlos en vertederos.
Evidentemente, esto desvirtúa por completo el significado fidedigno del movimiento de residuo cero.
De hecho, encaminarnos hacia un mundo de residuo cero va en muchos sentidos contra los intereses de una gran parte de las multinacionales, ya que son estas las principales responsables de la generación de todo tipo de los residuos que nos entierran y la contaminación que nos asfixia.
Nadie es perfecto
Adoptar una vida de residuo cero puede en un principio sonar muy exigente, pero ten en cuenta que no hay necesidad de ser perfecto. Para cambios tan radicales en los hábitos de consumo, lo mejor es ir poco a poco, avanzando de menos a más.
Dependiendo de las circunstancias de cada cual, quizá no sea del todo posible adoptar un estilo de vida 100% zero waste: no te agobies, es mejor hacer algunas cosas que no hacer nada en absoluto. Si ser zero waste te resulta complicado, puedes empezar siendo low waste: que los productos que utilizas y los hábitos que desarrollas, creen un impacto bajo en lugar de impacto cero.
Residuo cero y decrecimiento
Hablar de decrecimiento en una sociedad exageradamente consumista puede sonar a extremismo revolucionario.
Pero lo cierto es que el crecimiento es un concepto, al menos en su definición clásica, antagónico a lo que propugna el movimiento zero waste.
En los 300 años de historia del capitalismo, el crecimiento ha ido estrictamente ligado a expolio de recursos naturales, contaminación masiva y crisis ecológica.
Y la cosa no está yendo a menos, sino a mucho más, hasta el punto de que, además de enfrentarnos a una crisis climática sin precedentes, también vamos a tener que lidiar con una crisis de escasez recursos naturales.
Por lo tanto, no sería de extrañar que en unas pocas décadas el decrecimiento sea la única opción viable, y el movimiento de residuo cero, la forma de enfocarlo.